Guía turística de Barcelona

Barcelona es la ciudad más grande de Cataluña, una ciudad llena de historia, patrimonio cultural, importancia económica y por supuesto con sitios preciosos e interesantes por conocer. Sobre esto último nos centraremos en esta guía de turismo dedicada a esta hermosa ciudad, Barcelona.

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El viajero admira mucho a Cervantes, una luz constante que brilla en la distancia. Cervantes estuvo en Barcelona hacia 1610 y dejo escrita su impresión en la ciudad y sus gentes en las últimas páginas del Quijote. En una de las novelas ejemplares, Las dos doncellas, Cervantes reitera su elogio de Barcelona:

“Admiroles el hermoso sitio de la ciudad y la estimaron por flor de las bellas ciudades del mundo, honra de España, temor y espanto de los circunvencios y apartados enemigos, regalo y delicia de sus moradores, amparo de los extranjeros, escuela de la caballería, ejemplo de lealtad y satisfacción de todo aquello que de una grande, famosa, rica y bien fundada ciudad puede pedir un discreto y curioso deseo”

¿Qué podemos añadir? Todo lo que el viajero busca de bueno en una ciudad lo puede encontrar abundante en esta importante ciudad. La variedad y riqueza de su patrimonio son inabarcables en una sola visita y en esta guía turística de Barcelona veremos los sitios que no te puedes perder en tu próxima visita.

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La Catedral de Barcelona

La catedral de Barcelona ocupa el emplazamiento de una basílica paleocristiana de tres naves que el moro Almanzor destruyo en el año 985. Después se construyó una catedral románica que sería sustituida por la actual, predominantemente gótica, cuyas obras se inician en 1298 y terminaron en el siglo XX.

Sin embargo la catedral de Barcelona ha mantenido una apreciable uniformidad de estilo y nadie diría que la fachada principal es coetánea de los edificios modernistas del Ensanche.

Cada capilla de la catedral es, en sí, un conjunto artístico de mérito porque no hay en España templo más vivo y alhajado que esta catedral: retablos, pinturas, sillería, vidrieras… No obstante, el viajero hará bien en fijarse especialmente en la cripta y sepulcro de santa Eulalia, en la puerta que comunica con el claustro, en la capilla de Santa Lucia, en la puerta de San Ivo.

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Ruta por el Barrio Gótico

Comenzaremos nuestra visita al Barrio Gótico de Barcelona por la plaza de San Jaime, el foro de la antigua ciudad romana que dos mil años después continua siendo el centro político de la ciudad, con el Ayuntamiento a un lado y el palacio de la Generalidad de Cataluña al otro.

El Ayuntamiento es el resultado de sucesivas remodelaciones sobre un palacio del siglo XIV. La portada neoclásica no resulta tan insulsa como otras arquitecturas de su época. Lo más destacado del edificio está dentro: el magnífico Salón de Cent.

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El palacio de la Generalidad, sede del gobierno autonómico de Cataluña, tiene una portada renacentista y un patio gótico y un puente neogótico que salva la calle y lo une al edificio colindante.

La calle medieval del Bisbe une, a través de la antigua judería, el núcleo civil de San Jaime con el eclesiástico de la catedral.

Por la calle de los Condes de Barcelona llegamos al Museo Frederick Marés, el palacio del Lloctinent y la plaza del Rey, emplazamiento del conjunto del Palacio Real Mayor en el que destaca el magnífico Salón del Tinell, quizá el interior gótico más bello de toda Europa, donde los Reyes Católicos recibieron a Cristóbal Colon cuando regreso de América.

Además de diversos productos de aquellas tierras traía el almirante unos indios que vivieron poco, los pobres, ya que no tenía defensas naturales contra las enfermedades Europeas. Es de mucho mérito la capilla de Santa Ágata o Palatina, especialmente por las pinturas de Jaume Huguet. Completa la plaza el Archivo de la Corona de Aragón.

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Iglesia de Santa María del Mar

En nuestra guía turística de Barcelona no podía faltar este templo gótico que no renuncia a la robustez románica: Santa María del Mar, en el corazón del barrio marinero de la Ribera. Aquí encomendaron sus asuntos a la providencia los pilotos, marinos, armadores y mercaderes catalanes que pasearon las barras de Aragón por todo el Mediterráneo, algunas veces en galeras armadas, otras en orondos mercantes.

Santa María del Mar es, por fuera, como tantas iglesias cercanas al mar, una especie de fortaleza de hosco aspecto. Sin embargo, el bello rosetón y los dos ventanales de la fachada consiguen aliviar la severidad de un muro reforzado por dos contrafuertes y dos torres octogonales.

Cuando se traspasa la puerta, la impresión no puede ser mayor: toda la belleza del gótico se expresa en la altísima nave central sostenida por recias columnas octogonales sobre las que va resbalando, con el paso de las horas, la mágica luz de las vidrieras.

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Las Ramblas

Las ramblas son cauces secos por donde las torrenteras provocadas por las tormentas desaguan en el mar. Son bastante frecuentes en las riberas del Mediterráneo. Cuando Barcelona creció, sus ramblas se transformaron en calles con edificios a uno y otro lado. Hoy la Rambla de Cataluña es una bellísima y señorial avenida que desciende al puerto y al mar en suave pendiente.

En la cabecera del tramo que empieza en la plaza de Cataluña está la fuente de Canaletas, un pilarillo de hierro fundido del que se dice que el que bebe de sus aguas regresa siempre a Barcelona. Esta fuente vive en un continuo sobresalto cada vez que el Barça gana una competición.

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Si descendemos por el amplio paseo central de la rambla nos encontramos a una muchedumbre de paseantes que ratifican el carácter cosmopolita de la ciudad, una armónica mezcolanza de razas, lenguas, atuendos y costumbres: negros de pelo ensortijado, mulatos caribeños o amerindios, paquistanies, marroquíes, ecuatorianos y turistas japoneses o europeos de las más variadas procedencias que fotografían a las estatuas vivientes.

Una bocacalle a la derecha conduce al mercado de la Boqueria, un poco más abajo está el teatro Liceo y más abajo, donde acaba la avenida, el monumento a Colon, una columna de 60 metros de altura que anuncia el puerto y es símbolo universal de Barcelona. Esta parte del puerto antaño degradada se reconvirtió en puerto deportivo y zona lúdica, el llamado Maremágnum, con las más diversas atracciones que incluyen acuario y gran variedad de terrazas y restaurantes.

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La Galera Real en el Museo Marítimo

Junto al puerto de Barcelona, casi en la desembocadura de las Ramblas, está el enorme edificio de las Reales Atarazanas, un gigantesco cobertizo de 19 naves sostenidas sobre un bosque de pilares de piedra, con tejados a dos aguas dispuestos con tal industria que el interior queda bien iluminado.

En este arsenal se construían, almacenaban y reparaban las galeras del reino de Aragón. Este astillero, que produjo a lo largo de la historia decenas de miles de bajeles, alberga hoy un interesante Museo Marítimo cuyo principal atractivo es la impresionante y fidelísima reproducción, a tamaño real, de la galera capitana de la escuadra cristiana que participo en la batalla de Lepanto, la misma sobre la que combatió don Juan de Austria.
En los jardines del Museo hay una interesante replica de uno de los modelos submarinos diseñados por Narcis Monturiol.

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El mercado de la Boqueria

El siguiente lugar en esta guía turística de Barcelona, encontramos el mercado de San José, conocido popularmente por la Boqueria, está en las Ramblas, cerca del Liceo. Encuadrado en soportales sostenidos sobre columnas jónicas, el edificio es la típica construcción metálica de principios del siglo XX con adornos vitrales de estilo modernista y un tejado de cinco alas apoyado sobre columnas de hierro. El mercado tiene once pasillos, rotonda central y más de 300 puestos.

Es el más grande y mejor surtido de toda España y sin duda una atracción turística de primer orden porque, además de agradable paseo entre los diversos puestos, a cual más vistoso, admirando la riqueza y variedad de productos procedentes de diversos lugares del mundo, en él se puede desayunar, tapear y almorzar divinamente. En los primeros puestos del mercado podemos degustar zumos recién exprimidos con distintas combinaciones de frutas exóticas.

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La Boqueria obtuvo el Premio al Mejor Mercado en la Conferencia Internacional de Washington organizada por la Asociación de Mercados de Productos Frescos en 2005. De la misma época y solera de la Boqueria es el mercado de San Antonio, en cuyos soportales y entorno se instala los domingos por la mañana un concurrido mercado de libros y una lonja de intercambio de cromos. Los mercados de San Antonio y del Born son los mejores ejemplos de la arquitectura del hierro del siglo XIX en España. Ver la sección dedicada a: Turismo en España.

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La Sagrada Familia

Un librero pío, Josep María Bocabella, presidente de la Asociación de Devotos de San José, ideó la construcción de un templo expiatorio a la Sagrada Familia costeado con limosnas de los fieles; el pío arquitecto diocesano Francisco de Paula del Villar lo secundó. Pusieron la primera piedra en 1882.

Pocos meses después los dos personajes discutieron, y Antonio Gaudí, se hizo cargo del proyecto. Cuarenta y cinco años trabajó Gaudí en el templo de la Sagrada Familia, la obra de su vida, a la que se dedicó en cuerpo y alma. Gaudí era probablemente el más genial arquitecto de su tiempo, pero además era un místico, un inspirado que mantenía una relación personal, secreta, con su obra y con Dios.

El templo se había comenzado en estilo neogótico, el pastiche medieval tan de moda en su tiempo. Gaudí respeto el estilo pero le imprimió su propio carácter, lo interpretó con la decoración orgánica propia del modernismo. Lo que iba camino de ser un edificio frio, desangelado y muerto como tantos modernos engendros, cobro vida y se convirtió en una especie de escultura habitable.

Cuando Gaudí murió en 1926, solo había completado la capilla de San José, la cripta y la portada del Nacimiento. El templo está rodeado de grúas sin acabar. El proyecto final debe tener doce torres, otras cuatro mayores y una mayor en el centro. Gran concurrencia de turistas con cuyos óbolos continúan lentamente las obras en estos tiempos desacralizadores en que ningún expiador afloja la bolsa. Lo mejor del templo es su portada: uno no se cansa de contemplar el milagro de la piedra cobrando vida y color.

En esta guía turística de Barcelona hemos visto siete lugares principales a conocer en la ciudad y si bien no se pueden conocer en un solo día, sin duda valen la pena si lo que deseas es conocer la ciudad más a fondo en su patrimonio histórico.

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